Sin duda alguna, las furgonetas de alquiler para la distribución de mercancías, se han convertido en parte del entorno urbano, un elemento más que forma parte de la actividad diaria y el bullicio de la ciudad.
Y es que la distribución urbana de mercancías tiene una notoriedad creciente en los últimos meses, e incluso años por causas como la rápida expansión del e-commerce en los últimos tiempos, e incluso también, por las restricciones al tráfico en los centros urbanos.
Lo cierto es que se puede apreciar un claro esquema, dividido en dos grupos de transporte desde las zonas de producción o las plataformas logísticas hasta las zonas de consumo: la logística interurbana, con grandes entregas, flujos relativamente estables y rutas predefinidas atendidas por camiones, y por otro lado, la distribución urbana de reparto, con entregas atomizadas, flujos débiles, rutas variables y predominio de furgonetas de alquiler.
En este último caso, las empresas se encuentran cada vez más frente a unas zonas urbanas con cada vez un mayor número de limitaciones por razones ambientales que llevan a las empresas a la necesidad de tener que renovar su flota. Surge así una “logística de proximidad” complementaria de distribución de reparto, orientada a cumplir con las nuevas exigencias y que va estrechamente de la mano del alquiler de vehículos.
El futuro de la distribución urbana de mercancías: opciones
Lo cierto es que se requiere buscar soluciones para el reparto de mercancías que permitan la continuidad de la actividad económica mientras se cumple con la regulación, el servicio al cliente y la eficiencia en coste.
Entre los principales retos a los que se enfrenta el sector en la Distribución Urbana de Mercancías (DUM), destacan los problemas de congestión y de contaminación en las grandes ciudades, debido en parte a los cambios en los hábitos de consumo, especialmente desde la pandemia, junto con el peso ya muy destacado en España del Canal Horeca mayoritariamente no organizado, con más de 320.000 puntos de entrega con una media de 5/6 entregas diarias.
Dichos cambios en los hábitos de consumo implican que sea la mercancía la que se acerca al cliente final y que se le haya acostumbrado a que quiere la mercancía casi de forma inmediata y en una franja de tiempo muy ajustada.
Para alcanzar el reto de la eficiencia sostenible ante el crecimiento de la distribución no solo requerirá adaptarse a los vendedores, si no que entre ellos y las empresas que hacen la distribución final y el resto de implicados, como ayuntamientos, deberán buscar soluciones basadas en la colaboración y uso compartido de recursos, para evitar ir a un modelo insostenible en coste. Para ello, es muy importante que se habiliten las plataformas, estándares e infraestructuras que permitan dicha colaboración.